lunes, 16 de marzo de 2015

Un eclipse total de sol se presentará la próxima semana

El próximo viernes, 20 de marzo, el invierno se despedirá hasta el año que viene y lo hará con un increíble eclipse solar que en España veremos parcialmente y que promete ser un breve pero bonito espectáculo. Aquí van diez aspectos que explican este fenómeno.



1.- ¿Qué es un eclipse? 
El eclipse, que en su segunda acepción en el diccionario de la RAE también significa 'desaparición', 'ausencia' o 'evasión', se produce cuando la luz de un cuerpo celeste queda bloqueada por otro, normalmente llamado cuerpo eclipsante. En la Tierra podemos ver eclipses de Sol o de Luna.

2.- ¿Cuándo hablamos de eclipse solar?
Los eclipses de Sol se producen cuando, desde la perspectiva de la Tierra, la Luna pasa por delante del Sol y lo oculta, aunque, dependiendo del lugar del planeta en que se encuentre el observador, el fenómeno puede ser total, anular o parcial. Hablamos de eclipse total cuando toda la superficie del Sol queda cubierta por la Luna; parcial, cuando sólo una parte queda oculta, y anular, cuando la Luna —algo más alejada de la Tierra—, no llega a cubrir del todo la superficie del Sol y deja visible un anillo solar.

3.- ¿Dónde será total?
El eclipse será total en las islas Feroe (Atlántico norte) y en las Svalbard (Océano glacial ártico). Quienes estén en esos archipiélagos podrán disfrutar de un mágico espectáculo que por unos minutos hará que el Sol desaparezca del firmamento.

4.- ¿Desde dónde podrá verse parcialmente?
Será visible parcialmente en Europa, el norte de África y norte de Asia. El fenómeno comenzará en el Atlántico, frente a la costa africana, a una latitud de 20º, y terminará al este de la ciudad rusa de Krasnoyarsk, en la meseta central siberiana, un eclipse que, en total, durará 249 minutos (algo más de cuatro horas).

5.- El eclipse en España
El eclipse empezará por las Islas Canarias, aproximadamente a las 7.44 de la mañana en el Hierro. En la península, el comienzo se producirá entre las 8.58 en la provincia de Cádiz y las 9.13 en la de Girona.  El fenómeno finalizará entre las 11.06 y las 11.31 de la mañana.


6.- La magnitud del eclipse
El eclipse tendrá una magnitud de 0,8 en la costa noroeste, es decir, que desde A Coruña, los observadores que miren al cielo verán desaparecer el 80 % del diámetro solar tras la sombra de la Luna. En Madrid, se iniciará a las 9.05 de la mañana y el máximo se producirá a las 10.09 horas La magnitud del fenómeno en el interior y el noreste peninsular de España estará en torno a 0,72, en el sureste y Baleares a 0,65, mientras que en el archipiélago canario será sólo de 0,55, es decir, que sólo desaparecerá aproximadamente la mitad de la superficie solar. En Madrid, se iniciará a las 9.05 de la mañana y el máximo se producirá a las 10.09 horas, con una magnitud de 0,72 (lo que supone que se habrán cubierto dos tercios de la superficie del disco solar), y acabará a las 11.18 horas (133 minutos en total).

7.- ¿Cómo se verá desde mi casa?
Para los que estén interesados en saber cuál será la magnitud del fenómeno en su municipio, varias instituciones darán información detallada sobre el eclipse en sus páginas web, como la del Observatorio Astronómico Nacional (http://www.oan.es/eclipse2015) o la del Real Instituto y Observatorio de la Armada, el observatorio astronómico más antiguo de España (www.eclipse.roa.es) que además, si las condiciones climatológicas lo permiten, ofrecerá imágenes en directo.

8.- ¿Cómo tengo que verlo?
El riesgo de observar al Sol directamente, a simple vista o con gafas de sol normales durante un fenómeno de estas condiciones es muy alto, y puede causar lesiones graves e incluso provocar ceguera. Los eclipses sólo deben observarse directamente con gafas especiales, que estén homologadas por la Comunidad EuropeaLos eclipses sólo deben observarse directamente con gafas especiales, que estén homologadas por la Comunidad Europea y con un índice de opacidad de 5 o más, o un cristal protector como los que se utilizan para soldaduras (se venden en las ferreterías a precios razonables). Nunca deben usarse espejos ni trozos de vidrio ahumado, radiografías, cámaras o vídeos, instrumentos o telescopios que no estén preparados para ello. Un método seguro para observar el Sol es proyectarlo sobre una pantalla: utilizando dos cartulinas separadas unos 50 centímetros, se agujerea una de ellas y se orientan ambas perpendicularmente al Sol. Así se puede observar la imagen de eclipse proyectada de la primera a la segunda cartulina.

9.- ¿Cuándo volverá a darse un fenómeno así?
El siguiente eclipse solar visible desde España tendrá lugar el 21 de agosto de 2017 (pero en malas condiciones porque coincidirá con la puesta de sol). Para ver un eclipse solar total en nuestro país habrá que esperar al 12 de agosto de 2026, y al 2 de agosto de 2027.

10.- Una curiosidad...
Cada año se producen al menos dos eclipses de Sol y como máximo puede haber cinco, aunque esto sucede excepcionalmente. El último año con cinco eclipses solares fue en 1935 y el siguiente será en 2206.

viernes, 13 de marzo de 2015

Incluso 15 minutos diarios de ejercicio físico moderado alargan la vida

Las personas que de manera habitual hacen ejercicio físico moderado un cuarto de hora cada día vivirán, en promedio, tres años más que la gente de su edad que no hace ejercicio.

Ese nivel discreto pero decisivo de ejercicio físico puede reducir las muertes por cualquier causa natural común en un 14 por ciento.

Lo comprobado en una muestra de población taiwanesa por el equipo de Xifeng Wu (Departamento de Epidemiología del Centro M.D. Anderson de la Universidad de Texas) y Chi-Pang Wen (de los Institutos Nacionales de Investigación de la Salud en Taiwán) indica, por tanto, que los beneficios del ejercicio físico son significativos incluso si la persona no alcanza los 150 minutos por semana recomendables a raíz de los resultados de estudios anteriores.




El equipo de investigación también ha llegado a la conclusión de que el riesgo que una persona tiene de morir por cualquier causa natural común disminuye en un 4 por ciento por cada cuarto de hora diario adicional de ejercicio físico, hasta un máximo de 100 minutos diarios.

En el estudio se ha constatado que estos beneficios para la salud son aplicables a todos los grupos de edad, a ambos sexos, y también a las personas en riesgo de contraer enfermedades cardiacas.

En el caso específico de la población taiwanesa, si la gente amante del sedentarismo adoptase el citado nivel discreto de ejercicio físico diario, los investigadores calculan que una de cada seis muertes sería pospuesta debido a la disminución del riesgo de muerte.

Este estudio se ha hecho a partir de datos obtenidos en chequeos médicos de 416.175 taiwaneses, entre 1996 y 2008. Se hizo un seguimiento de cada participante durante un promedio de ocho años.

lunes, 9 de marzo de 2015

Logran, por primera vez, ralentizar la velocidad de la luz

Científicos del Reino Unido aplican una «máscara» a un haz óptico dando a los fotones una estructura espacial.



El efecto provocado por la máscara usada pone un límite a la velocidad máxima a la que los fotones pueden viajar.

Hace ya mucho tiempo que los científicos saben que la velocidad de la luz puede ralentizarse cuando ésta atraviesa materiales más densos, como el agua o el cristal. Sin embargo, lo que se consideraba imposible es que las partículas de luz, los fotones, pudieran ralentizarse mientras viajan por el espacio abierto y sin interactuar con ningún otro material.

Ahora, en un artículo recién aparecido en «Science Express», investigadores de las universidades de Glasgow y Heriot-Watt describen con todo detalle cómo se las han arreglado para «frenar» fotones en el espacio, algo que se consigue por primera vez. Los investigadores han demostrado que basta con aplicar una «máscara» a un haz óptico, dando a los fotones una estructura espacial, para que su velocidad se reduzca.

El equipo de científicos compara un rayo de luz, que contiene muchos fotones, a un equipo de ciclistas que se reparten el esfuerzo y que van colocándose, por turnos, a la cabeza del pelotón. A pesar de que el grupo rueda por la carretera como si fuera una unidad, la velocidad de cada ciclista individual puede variar cuando éste cambia de posición.

La propia formación en grupo puede hacer que sea difícil definir la velocidad de cada ciclista concreto, y eso es precisamente lo que sucede con los rayos luminosos. Un único pulso de luz contiene un gran número de fotones, y los investigadores saben que esos pulsos se caracterizan por un cierto número de velocidades diferentes.

Un experimento contra reloj
El experimento se configuró como si se tratara de una carrera contra reloj, con los fotones liberados en parejas a lo largo de distancias idénticas y hacia una línea de meta concreta. Los investigadores observaron que los fotones «normales» alcanzaban la línea de meta en el tiempo previsto, pero que los que habían sido «reconfigurados» con la máscara tardaban más tiempo en alcanzar su objetivo. Es decir, que viajaban más despacio a través del espacio vacío. Para una distancia de apenas un metro, el equipo de físicos midió un retraso correspondiente a 20 longitudes de onda, muy por encima del margen de error de la medición.

Miles Padgett, uno de los directores de la investigación, afirma que «puede parecer sorprendente que se pueda conseguir que la luz viaje más despacio, pero el efecto tiene una sólida base teórica y estamos seguros de que nuestras observaciones son correctas».

Más lentos
El trabajo demuestra que después de hacer que el haz luminoso pase a través de la máscara, todos los fotones se mueven más despacio de lo que debieran. Y lo más importante es que esta «ralentización» no tiene nada que ver con la que se produce cuando un fotón atraviesa el agua o un cristal. De hecho, en esos casos la desaceleración dura solo el tiempo que el fotón tarda en atravesar el material, para volver después a su valor normal. El efecto provocado por la máscara usada por los investigadores, sin embargo, parece poner un límite a la velocidad máxima a la que los fotones pueden viajar.


Para Daniel Giovannini, uno de los primeros firmantes del trabajo, «el retraso que hemos conseguido introducir en el haz luminoso es pequeño y supone unos pocos micrómetros en una distancia de propagación de un metro, pero es muy significativo. Hemos logrado medir un efecto similar en diferentes tipos de haces».

sábado, 7 de marzo de 2015

La explicación de la ciencia para el vestido azul y negro o blanco y dorado

Los colores «no existen», son percepciones subjetivas de los observadores. En este caso, la iluminación de la fotografía altera la sensación de color en algunas personas.
El sistema visual no hace valoraciones absolutas, sino más bien comparaciones.

La polémica del vestido azul y negro que algunas personas ven de color blanco y dorado (entre otras variantes) se convirtió este viernes en un fenómeno viral y en inspiración para cientos de miles de «tuits» y de teorías disparatadas. Resultaba sorprendente que un mismo vestido, a veces incluso en la misma pantalla, se viera de distintos colores. ¿Por qué ocurrió esto?

«Los colores en realidad no existen, son percepciones», explica Jordi Monés, médico oftalmólogo y retinólogo y director del Instituto de la Mácula y de la Retina. Es decir, que las cosas por sí solas no tienen un color. «El que las veamos de un color u otro depende de cómo sea nuestro detector (la retina) y de todo lo que nuestro cerebro haya aprendido a lo largo de la vida».

Según dice, «las personas tenemos tres tipos de fotorreceptores (células sensibles a la luz), capaces de captar los colores y que reciben el nombre de conos». Estos se concentran en la retina, una especie de pared sobre la que se proyectan las imágenes que llegan a través de la pupila y el cristalino, como si se tratara de una pantalla de cine. Pues bien, existe un sinfín de variaciones que pueden alterar la retina, como la edad, enfermedades genéticas como el daltonismo o la composición del líquito interno del ojo, que pueden cambiar la forma que tenemos de percibir esas imágenes.

Tal como explica Monés, todo el proceso «es un fenómeno totalmente cerebral y muy mediatizado por pequeños matices» que determinan que sea imposible que dos personas vean un mismo objeto de la misma forma. Más allá del vestido, el lector podrá comprobar en un ambiente bien iluminado que percibe el entorno de distinta forma abriendo primero el ojo izquierdo y luego solo el derecho, o después de haber estado a oscuras o deslumbrado por la luz del sol.

El engaño del brillo
Resulta también que el sistema visual es capaz de distinguir más matices entre los tonos claros. Esto podría arrojar pistas a por qué el famoso vestido es azul para unos y blanco para otros. Y es que la fotografía original está saturada de luz y cerca de un umbral en el que el brillo de la tela azul puede ser interpretado como blanco por parte de algunas personas, cosa que no ocurre con fotografías de calidad del mismo vestido.

Dejando a un lado los efectos de usar distintas pantallas o distintas combinaciones de brillo, los científicos pueden proporcionar más respuestas: «El sistema visual no está diseñado para realizar valoraciones absolutas, sino más bien para hacer comparaciones», escribe un grupo de científicos en «Fundamentos Biológicos de la Conducta». Según desarrollan más adelante, el contexto o el fondo que hay en una imagen influye en cómo percibimos los colores y las formas que vemos en el frente.

«Esto hace que para nosotros no sea la intensidad absoluta de la luz que proviene de un objeto lo que le haga parecer brillante u oscuro, sino que es la intensidad relativa de la luz viniendo del objeto en relación con el ambiente que le rodea lo que permite la percepción de ese objeto. Igualmente, el color que nosotros percibimos de un objeto depende mucho de los colores que le rodean».

Buena prueba de ello son algunas ilusiones ópticas que se pueden encontrar en internet. En algunas de ellas, el cerebro colorea los tonos de acuerdo al entorno de sombras que les rodea. En el caso que aparece abajo, por ejemplo, los cuadrados A y B son en realidad del mismo color (para comprobarlo se puede agujerear un folio que solo permita ver porciones de los cuadrados A y B).


Los cuadrados A y B son del mismo color, pero el cerebro interpreta los colores de acuerdo con las sombras.

En todo caso, aunque se conocen una serie de aspectos acerca de cómo se procesa la información visual, «los neurocientíficos no saben cómo construimos el mundo percibido», tal como se afirma en la obra ya citada. Es necesario recordar que la visión es un sentido que depende del funcionamiento de muchas estructuras del sistema nervioso que resultan extraordinariamente complejas y perfeccionadas, y que la ciencia aún tiene mucho que aprender al respecto.

En conjunto, todos esos procesos permiten percibir aspectos tan variados como el color, el brillo, la profundidad, el movimiento o la forma, algunas imágenes pueden resultarnos agradables o peligrosas, pueden traernos recuerdos o pueden ser símbolos que formen palabras y después pensamientos.

Para terminar de esbozar la riqueza de los procesos relacionados con el sistema visual, también se ha descubierto que el no prestar atención a algo en concreto puede hacer que nos resulte invisible y que, al contrario, algo importante y a lo que le prestamos mucha atención, nos puede resultar más visible y rico en matices. En ese sentido, resulta comprensible que los inuit tengan 22 palabras diferentes para designar al color blanco.