viernes, 27 de febrero de 2015

Secuelas del Holocausto se transmiten genéticamente

Un reciente estudio de la Escuela de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí (EU) ha revelado que los descendientes de aquellos que sobrevivieron al Holocausto presentan secuelas biológicas. Esta sorprendente conclusión ha sido publicada en la revista Scientific American.

Según Rachel Yehuda, autora del estudio y experta en epigenética (factores no genéticos que determinan el desarrollo del organismo), los descendientes de este grupo de personas sufren de una alteración que reduce su nivel de cortisol en el cuerpo.

Esta reducción de cortisol, hormona que regula el organismo luego de un trauma, fue detectada en los prisioneros que sobrevivieron a los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Este fenómeno no ha podido ser explicado hasta ahora por la ciencia, pero el equipo de la doctora Yehude descubrió que este grupo de personas tiene niveles bajos de una enzima encargada de degradar cortisol.

El fenómeno sería producto de los largos periodos de tortura a los que fueron sometidos estos prisioneros. Ya que al no degradar tanto cortisol, había una mayor cantidad libre, el cual era utilizada rápidamente para soportar los fuertes traumas y abusos.

No obstante, se ha detectado que los descendientes tienen un alto nivel de las enzimas que degradan el cortisol.

Yehude señala que esto ocurre en el útero, el cual contiene una gran cantidad de esta enzima con el fin de proteger al feto del cortisol que proviene de la madre.

En el caso de la mujeres que sobrevivieron al Holocausto, al no tener niveles altos de la enzima una mayor cantidad de cortisol se transmite al feto, el cual desarrollará más del elemento degradador para protegerse a sí mismo.



Por otro lado, el estudio afirma que estos descendientes están predispuestos a sufrir de trastornos relacionados a la ansiedad, así como estrés postraumático, obesidad e hipertensión.

La investigación analizó a un amplio universo de sobrevivientes de los campos de concentración y a su descendencia. Sin embargo, Yehuda afirma que aún falta realizarse más estudios para concluir completamente sus hipótesis.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Menos riesgo de sufrir un derrame cerebral para quienes consumen aceite de oliva

Un nuevo estudio indica que consumir aceite de oliva puede ayudar a prevenir un ataque de apoplejía en personas mayores.

La investigación sugiere que debería hacerse público un nuevo conjunto de recomendaciones alimentarias para prevenir ataques de apoplejía (derrames cerebrales) en personas a partir de los 65 años de edad. Sufrir un derrame cerebral es un caso muy común en las personas de la tercera edad, y el aceite de oliva sería una manera barata y fácil de ayudar a prevenirlo en la población de países con una buena disponibilidad de este producto. Así lo afirma la Dra. Cécilia Samieri, de la Universidad de Burdeos y del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSERM) en Burdeos, Francia.

Para el estudio, los investigadores revisaron los registros médicos de 7.625 personas de 65 años o más, de tres ciudades en Francia: Burdeos, Dijon y Montpellier. Los participantes no tenían historial previo de apoplejía.

El consumo de aceite de oliva en estas personas fue clasificado en uno de tres apartados: "No usado", "Uso moderado" (emplearlo para cocinar, o bien para ensaladas o untar el pan), y "Uso intensivo" (emplearlo tanto para cocinar como para condimentar ensaladas y untar el pan). Los participantes en el estudio utilizaron principalmente aceite de oliva virgen extra, ya que éste representa el 98 por ciento del que está disponible en Francia.

Después de poco más de cinco años, se habían registrado 148 derrames cerebrales.


Después de considerar la dieta, la actividad física, el índice de masa corporal y otros factores de riesgo para la apoplejía, se constató que quienes usaron con regularidad el aceite de oliva tanto para cocinar como para condimentar y untar el pan, tenían un nivel de riesgo un 41 por ciento más bajo de sufrir derrame cerebral en comparación con quienes nunca usaban el aceite de oliva en su dieta (1,5 por ciento en seis años, frente al 2.6 por ciento).

viernes, 13 de febrero de 2015

Desvelan los mecanismos que desencadenan el alzhéimer familiar

La información modifica el pensamiento científico existente sobre este tipo de alzhéimer y servirá para diseñar fármacos más efectivos.


La enfermedad de alzhéimer familiar, que representa el 1% de los casos, pero que tiene consecuencias devastadoras para aquellos que la padecen, podría tener su origen en determinadas mutaciones en el gen de la preselinina 1. Una investigación realizada en el Hospital General de Massachusetts y el Hospital Brigham de Mujeres de Boston (EE.UU.) revela por vez primera cómo las mutaciones asociadas con la forma más común de alzhéimer hereditario producen sus efectos devastadores. Publicado en la revista «Neuron», el informe voltea el pensamiento convencional sobre los efectos de las mutaciones asociadas con el alzhéimer en los genes de la presenilina y proporciona una explicación para el fracaso de los fármacos dirigidos a bloquear la actividad de la presenilina.

«Nuestro estudio proporciona nueva información sobre la enfermedad al mostrar cómo las mutaciones humanas que causan la enfermedad conducen a la neurodegeneración y la demencia», explica Raymond J. Kelleher, del Hospital General de Massachusetts. En concreto, añade, «hemos encontrado que las mutaciones en el gen de la presenilina-1 promueven las características distintivas de la enfermedad al disminuir, en vez de aumentar, la función de la proteína presenilina-1 y la enzima gamma-secretasa». Esta información, subraya, «además de las implicaciones terapéuticas que tiene, también ha servido para generar el primer modelo animal en el que una mutación que causan la enfermedad produce la neurodegeneración en la corteza cerebral».

Menos de 40 años
El alzhéimer familiar se desarrolla en personas menores de 65 años, dándose algunos casos en personas jóvenes entre los 30 y los 40. Hace más de 20 años se identificaron los genes que lo causan y se obtuvieron las primeras pistas sobre el mecanismo que producen los efectos de la enfermedad. Las mutaciones más raras se encuentran en la proteína precursora de amiloide (APP), mientras las mutaciones en dos genes de presenilina representan alrededor del 90% de los casos.

Aunque hasta ahora se desconocía el mecanismo por el que las mutaciones en el gen presenilina provocan la neurodegeneración, los científicos asumían que aumentan la actividad de las proteínas presenilina y gamma secretasa, lo que desencadenaba la sobreproducción de la proteína beta-amiloide. y en particular la beta-amiloide 42, que se cree que está muy relacionada con las placas características del alzheimer. Partiendo de esta información, las compañías farmacéuticas han diseñado inhibidores de la secretasa gamma como posible tratamiento, pero siempre con resultados negativos. (Un gran ensayo clínico con un inhibidor de la gamma secretasa no pudo ayudar a los pacientes y, en realidad, empeoró sus capacidades cognitivas).

Pero según otra de las autoras del trabajo, Jie Shen, del Hospital Brigham de Mujeres, esta teoría era cuestionable. Así, en un artículo de 2007 publicado en «PNAS», Shen y Kelleher propusieron lo que ellos llamaron la hipótesis presenilina que decía que la pérdida de la función de la presenilina podía ser el evento principal desencadenante de la neurodegeneración y la demencia en el alzhéimer familiar.

Los nuevos hallazgos cuestionan así todo el pensamiento previo y demuestran claramente que estas mutaciones causan una pérdida de la función de la presenilina y de la secretasa gamma, lo que lleva a la pérdida de neuronas en el cerebro adulto. Según, «la implicación más importante de nuestros resultados es que las estrategias que mDesvelejoran, en vez de inhibir, la gamma secretasa deben ser investigadas como posibles terapias para el alzhéimer». Y concluye que su hipótesis no descarta un papel para la beta-amiloide en la patología, simplemente sitúa a estos dos proteínas más cerca de la vía que conduce a la neurodegeneración.

Y aunque este estudio solo ha examinado las mutaciones en el gen presenilina-1, los investigadores creen que la pérdida de la función es una propiedad general de las mutaciones en ambos genes de la presenilina en el alzhéimer familiar. Por eso proponen seguir investigando en los mecanismos subyacentes a los efectos de las mutaciones de la proteína APP ya que puede contribuir a la forma de inicio tardío más común de la enfermedad de Alzheimer.