Hace 66 millones de años, un asteroide de más de cinco kilómetros de diámetro chocó contra la Tierra a 70.000 millas por hora. El impacto acabó con la mayoría de la vida terrestre, incluyendo a los dinosaurios, entonces reyes de la Creación. La gran cantidad de polvo levantado por el choque bloqueó el Sol, lo que desencadenó una cadena catastrófica de acontecimientos que afectó a toda la cadena alimentaria y mató a más de las tres cuartas partes de especies sobre la Tierra. Eso es lo que dice la teoría más aceptada.
Sin embargo, científicos del MIT han encontrado pruebas de que una gran erupción volcánica comenzó justo antes del impacto, y posiblemente, también jugó un papel en la extinción.
Este inmenso vulcanismo pudo haber lanzado niveles peligrosos de sustancias químicas volátiles al aire, provocando el envenenamiento de la atmósfera y los océanos.
Un doble golpe

Sobre la base de las nuevas fechas, más precisas para las Trampas del Decán, los investigadores creen que las erupciones masivas pueden haber desempeñado un papel importante en la extinción de los dinosaurios, aunque el mecanismo exacto de las muertes nunca se sepa. «No creo que el debate desaparezca nunca», dice Sam Bowring, profesor de Ciencias de la Tierra y Planetarias en el MIT. «El impacto [del asteroide] pudo haber causado la extinción. Pero tal vez su efecto se incrementó por la erupción de estos volcanes». Erupciones volcánicas masivas han jugado un papel importante en otras dos extinciones masivas, las de finales del Pérmico y el Triásico.
«Tal vez ambas cosas podrían haber estado involucradas», dice Bowring sobre la erupción y el impacto llegado del espacio. «Tal vez el fin de los dinosaurios fue causado por un doble golpe».
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