
“La pérdida de masa de estos glaciares se está incrementando a un ritmo sorprendente”, subraya Isabella Velicogna, coautora del estudio y científica del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California, así como de la Universidad de California en Irvine, ambas instituciones en Estados Unidos.
El equipo integrado por Velicogna y Tyler Sutterley, entre otros, de la misma universidad, hicieron el análisis para verificar que el deshielo en esta parte de la Antártida está aumentando su velocidad. Estudios anteriores habían dicho que esta zona estaba comenzando a cambiar de forma drástica desde los años 90, y los autores de la nueva investigación querían ver como se comparaban los resultados obtenidos con las diferentes técnicas de medición. La gran coincidencia demostró la fiabilidad de esas investigaciones.
Los glaciares en la bahía perdieron masa a lo largo de todo el período analizado. Los investigadores calcularon dos cantidades separadas: la pérdida total, y los cambios en el ritmo de pérdida.

El ritmo de pérdida se aceleró una media de 6,1 gigatoneladas (6.700 millones de toneladas estadounidenses) por año desde 1992.
Durante el período en el que se solaparon específicamente las cuatro técnicas de observación, el ritmo de deshielo aumentó una media de 16,3 gigatoneladas por año, casi tres veces el ritmo de incremento para todo el período de 21 años. La cantidad total de pérdida estuvo cerca del promedio, unas 84 gigatoneladas.
Esto es verdaderamente preocupante y hay que comenzar a tomar medidas cuanto antes.
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